Miguel es muy valiente, especialmente cuando es de día y hace sol, pero por la noche tiene miedo a los “monstruos” que viven en su casa. Una noche la Luna le pide que le ayude a buscar una estrella que se ha caído del cielo nocturno. Miguel hace acopio de todo el valor que tiene y se pone a buscarla, durante esa búsqueda Miguel se enfrenta a sus miedos, encontrándose con los monstruos de su dormitorio (que tienen miedo del paseante nocturno) con los que entabla una entrañable amistad. Al final encuentran la estrella y al paseante nocturno, descubriendo que las cosas no son siempre lo que parecen.